¿POR QUÉ RESULTA TAN DIFÍCIL DEJAR DE FUMAR?
Hay muchos beneficios al dejar de fumar, especialmente la mejora de la salud y la libertad de no depender de una sustancia nociva. Pero a menudo, dejar de fumar resulta muy difícil por diversos motivos: publicidad encubierta; asociación con situaciones positivas y placenteras; evitación o distracción de algo desagradable como el estrés, ansiedad, tristeza, o aburrimiento; o refuerzo positivo por facilitar cierta socialización.
EXPLICACIÓN BIOLÓGICA DE LA ADICCIÓN A LA NICOTINA
La nicotina es una droga de actuación rápida, y el nivel de nicotina en la sangre disminuye aproximadamente a la mitad a los treinta minutos de apagarse el cigarrillo, y a la cuarta parte después de una hora. En cuanto el fumador apaga el cigarrillo, la nicotina empieza rápidamente a ser expulsada del cuerpo y el fumador empieza a sentir las molestias de la privación de la droga: el mono.
El principal mecanismo de adicción se basa en la activación de los receptores de nicotina distribuidos en el sistema nervioso central, en áreas en las que se libera dopamina, un neurotransmisor que va a producir sensación de placer, recompensa y activación.
Algunos de estos receptores necesitan nicotina más rápidamente y otros tardan más. Las personas en las que predominen los primeros tipos de receptores, fumarán más cigarrillos que aquellas en las que predominen los segundos. Cuanta más dopamina se segregue, más percepción de recompensa y más adicción. Por ello, aunque la nicotina es adictiva per se, unas personas se ven más afectadas que otras. Además, se ha encontrado un componente genético en la adicción al tabaco que también influye para que algunas personas obtengan mayor placer fumando que otras.
¿QUÉ RESULTA MÁS FUERTE, LA ADICCIÓN FÍSICA O LA PSICOLÓGICA?
Los mecanismos fisiológicos son muy fuertes e instantáneos como vemos con los receptores. La nicotina estimula la dopamina en el núcleo accumbens lo que aporta sentimientos de felicidad y placer, así como sensación de energía y motivación.
Pero la adicción física es reversible en poco tiempo, y los síntomas de abstinencia duran dos o tres semanas máximo.
Sin embargo, la adicción psicológica es más fuerte, ya que tiene que ver con el cambio en los circuitos cerebrales tras un tiempo prolongado fumando. El hábito de fumar se convierte en una conducta prácticamente automática que termina por formar una identidad de fumador, con creencias como que se es incapaz de dejar de fumar, que se va a estar deprimido, etc.
Los factores psicológicos dependen también de algunos efectos del tabaco que son percibidos como positivos (agudeza mental, estimulación mental, mejora de la memoria y concentración, menos peso, más actividad). Cuanto más deseables sean estos efectos, más adicción psicológica. Pero hay que reconocer que estos efectos son momentáneos y, como cualquier droga, terminan por producir efectos contrarios como cansancio o agotamiento, hiperactividad y nerviosismo.
Otras sensaciones como el alivio del estrés o la percepción de relajación al fumar un cigarrillo complican dejar de fumar, si no se tienen herramientas más sanas y adaptativas. Por ello, algunos de los objetivos para no recaer en la adicción son: identificar nuestras emociones y qué las provoca, descubrir nuestras necesidades, cambiar nuestras creencias perjudiciales por otras más constructivas, y aprender técnicas de relajación.
EN DEFINITIVA, DEJAR DE FUMAR NO ES FÁCIL, PERO TODO EL MUNDO PUEDE HACERLO SI TIENE SUFICIENTE MOTIVACIÓN, CONCIENCIACIÓN Y PACIENCIA LAS PRIMERAS SEMANAS. #HazloPorTi
Leticia Vázquez LLorente.
Psicóloga colegiada M-19276
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